Fue necesaria una nueva víctima de las políticas descartables de la gestión macrista, para que el tema de las deficiencias educativas vuelva a salir a la luz. Esta vez se trató de descargas eléctricas en aulas container de una institución como el Lenguas Vivas, colegio que es asociado desde siempre con la más alta calidad educativa, y que hoy no se salva de la guadaña presupuestaria que arrasa con las expectativas de un futuro como el que nuestros niños tienen derecho.
Paradojas de la administración macrista: el ministro de Educación Esteban Bullrich estuvo en la Legislatura porteña esta semana, inaugurando las “Jornadas sobre Urgencias y desafíos de la Educación Infantil”. Mientras tanto, la Justicia disponía clausurar las aulas modulares y multarlo con 27.850 pesos diarios por su gestión ineficiente.
Es increíble que con el presupuesto de 60 mil millones de pesos con que cuenta la Ciudad para este año, se sigan desarrollando estas políticas parche, cuando la medida definitiva y coherente con una metropoli que crece y progresa, es la construcción de escuelas. Pero de ladrillo y cemento. Estas infraestructuras por la mitad, sin baños, sin comedores, en la práctica lo que logran es vulnerar los derechos de nuestros niños, niñas y adolescentes, reconocidos por la Constitución porteña.
No es menos grosero que estas medidas totalmente arbitrarias, que afectan la calidad educativa y de vida de los chicos, sus familias, sus maestros y maestras, sean tomadas, además, de manera inconsulta. Ni la comunidad educativa – directamente afectada- ni sus representantes en la Legislatura fuimos informados en ningún momento de estos proyectos, como para siquiera opinar, ni hablar de consensuar.
¿Será porque es complicado explicar los costos que, según estudios, indican que por los containers se gastó el doble de lo que cuestan?
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